JORNADA 30
Valencia | 2 |
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2-0, min.49. Villa (p)
Sevilla | 0 |
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El conjunto ché fue el equipo que mejor digirió la resaca de la semana europea. No por juego, pero sí por eficacia. Cuando mejor jugaban los sevillistas llegó el primer tanto valencianista de la mano de Villa. Poco después, Cañizares paró una pena máxima a Maresca y con la victoria por la mínima se llegó al tiempo de asueto. En la reanudación, Villa no falló desde el punto fatídico y puso la puntilla al choque, dejando los tres puntos en Mestalla y minando las aspiraciones por el título del Sevilla.
El partido comenzó con un Sevilla revolucionado y mucho más metido en el choque que el Valencia a pesar de ser el equipo visitante. Los de Juande eran los que tenían el dominio del esférico y quienes montaban las primeras ocasiones. Alves y Navas desde segunda línea y Luis Fabiano como referencia en el ataque, fueron un quebradero de cabeza para los de Quique en todo momento; pero el buen hacer de la defensa valencianista, sobre todo tirando el fuera de juego, y las apariciones intermitentes de los jugadores de la medular como Hugo Viana y Marchena, hicieron que el Valencia espabilase poco a poco. Eran los sevillistas los que ganaban por 'mini-puntos', cuando surgió el zarpazo de Villa. El guaje aprovechó a la perfección un pase al hueco de Marchena y tras picar el balón ante la salida de Cobeño, hasta entonces inaudito, introdujo el balón en el fondo de las mallas.
El gol en contra descentró a los jugadores del Sevilla, que se volvieron imprecisos a la hora de mover el esférico y crear ocasiones. Sin embargo, en el minuto 33 se encontraron una pena máxima a favor después de que Jesús Navas fuera derribado por Miguel, que llegó a destiempo a por el balón y trabó al menudo jugador sevillista. Ante la ausencia de Kanouté en los andaluces, Maresca asumió la responsabilidad de patear el penalti, con la mala suerte de que su disparo lo atajó Cañizares, el primero que para esta temporada. Gracias al veterano guardameta, los de Quique se fueron al descanso con ventaja en el marcador.
Y a los cuatro minutos, se acabó el partido
El segundo acto tuvo historia hasta el minuto cuatro de juego. Villa aprovechó de nuevo un pase de tiralíneas para internarse en el área, donde fue desequilibrado por Hinkel, impidiéndole chutar a puerta. El trencilla no lo dudó, señaló la pena máxima y mandó al vestuario antes de tiempo al rubio defensa sevillista. Fue el propio Villa quien tiró de forma implacable el penalti, poniendo el doblete en su cuenta y el segundo en el luminoso para su equipo. Sólo habían transcurrido unos minutos del segundo tiempo y el Valencia obtenía más mérito que el que, a priori, había merecido.
A medida que el reloj avanzaba, el cansancio hacía mella en los veintiún protagonistas que quedaban sobre el verde. Los de Quique poco a poco fueron cediendo terreno a la par que los de Juande denotaban tener el depósito de sus fuerzas en reserva. Las opciones de los visitantes pasaban por Luis Fabiano, solo contra el mundo en la punta de ataque. Entre tanto, los valencianistas se gustaban e incluso las frivolités de Villa, las ganas de Morientes, los slaloms de Joaquín y el pundonor de Silva, levantaron al público, ávido de alegrías después del tropiezo en Champions.
Al final, el Valencia suma una nueva victora en Mestalla que le permite meterse de nuevo en puestos de Champions. Por su parte, el Sevilla se descuelga un poco más en la persecución del Barcelona en la lucha por el primer lugar en la tabla. De todas formas, mientras haya vida habrá esperanzas y tanto valenianistas como sevillistas tienen opciones de lograr el objetivo marcado a final de temporada.
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